Limpieza de algas de piscina

Quien tenga piscina, tarde o temprano y por muy cuidadoso que sea, siempre acaba con el problema del agua verdosa: las algas. Las algas son una plaga que, aunque no es directamente dañina para los humanos, crea las condiciones para el desarrollo de varias otras bacterias, que son, de hecho, peligrosas. Esto sin mencionar la eliminación de toda la belleza de la piscina, transformándola en cualquier cosa menos invitando a un buen baño.

Limpieza de algas de piscina

Ya sea una piscina de azulejos o de fibra o vinilo, el tono verdoso del agua es un signo de la presencia de algas, lo que significa que los niveles de pH, cloro y alcalinidad están fuera de los ideales. Lo que ocurre a menudo es que solo cuando surgen estos problemas se buscan los productos y el resultado del tratamiento es menos duradero, lo que aumenta los costes de mantenimiento de la piscina.

En invierno, debido a la baja temperatura y la lluvia, la velocidad de reproducción de las algas es menor, por lo que también conviene utilizar la cantidad de cloro y algicidas.

Algas de piscina

Limpieza de piscinas

En primer lugar, a la hora de tratar tu piscina debes retirar las hojas y demás suciedad que estén suspendidas en el agua o incluso depositadas en el fondo de la piscina. Antes de iniciar el proceso de limpieza química de la piscina, conviene probar la alcalinidad del agua y, si es necesario, corregirla. Luego, será necesario aplicar el algicida de choque para eliminar las algas. Si la «infestación» es inmensa, debe repetir la aplicación. Lo ideal es cepillar las paredes de la piscina para que se liberen las algas. Recuerda que no se debe utilizar ningún tipo de accesorio de acero.

Después del «tratamiento de choque», el agua debe circular de forma permanente durante 2 o 3 días. Durante este período, también debe cepillar la piscina una o dos veces al día, y no debe olvidarse de controlar el pH y los niveles de cloro (siempre por encima de 6ppm).

Cloración de la piscina tras la limpieza de algas

Una vez que el agua está limpia y sin ningún rastro de algas, el encargado de la limpieza puede iniciar la cloración, teniendo en cuenta que la opción correcta es utilizar un cloro estabilizado frente a la luz solar y que no altere el pH del agua.

De hecho, existen alrededor de 20.000 tipos diferentes de algas. En lo que respecta a las piscinas, suelen agruparse por el color que asumen:

  • Verdes: el más común, similar al musgo, y el tipo que prolifera más rápidamente, en unas 24 horas;
  • Amarillas: es más difícil de eliminar que las verdes porque son muy resistentes al cepillado.
  • Negro: son la mayor pesadilla. Tienen una capa de protección muy resistente y con raíces que se infiltran en el revestimiento de la piscina;
  • Rosa: son algas negras en su estado inicial. Proliferan gradualmente y en este estado son un hongo. Asumen una consistencia espumosa en la línea de agua y se eliminan fácilmente.

Sobre todo, la mejor forma de evitar la aparición de algas es realizar un correcto y frecuente tratamiento del agua, manteniendo los componentes en los niveles ideales, para evitar limpiar el charco de algas de vez en cuando.

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