El lavado de la toallas de playa es una operación que no debe subestimarse. Estas toallas de felpa, de hecho, requieren una atención especial, ya que a menudo corren el riesgo de volverse ásperas y duras al tacto con el tiempo. Lavado tras lavado, la sal, la arena y el cloro a los que son sometidos representan un verdadero desafío a la suavidad de los tejidos y al brillo de los colores. Para no dañar las toallas de playa, es necesario, por tanto, adoptar algunas medidas sencillas pero eficaces.

toallas de playa

La elección de productos

Para mantener sus toallas de playa en buenas condiciones, el primer paso es elige los productos adecuados. Por tanto, es importante identificar los detergentes que sepan mantener intacta la vivacidad de los colores que, debido a la exposición prolongada al sol, suelen acabar desvaneciéndose y apareciendo muy apagados. Además, es fundamental que el detergente utilizado higienice el paño sin atacar las fibras: el riesgo de que se vuelva rígido y áspero está a la vuelta de la esquina. Por tanto, para evitarlo, es aconsejable utilizar un buen suavizante de telas durante el lavado. De esta forma, se evita el anidamiento entre las fibras. depósitos de cal en el agua si usa la cantidad adecuada de suavizante de telas. Cualquier abuso podría resultar contraproducente porque comprometería la capacidad absorbente de las esponjas.

El secado

El lavado es fundamental pero también fase de secado tiene su importancia. Una vez sacadas del tambor de la lavadora, las toallas de playa deben agitarse vigorosamente. Este truco es útil para levantar las fibras que, al secarse al aire libre, hacen que la toalla esté más hinchada y suave. Si bien las toallas de playa requieren una atención especial, estas medidas también se pueden adoptar para todos los demás tipos de toallas que, de la misma forma, están sujetos a una pérdida gradual de suavidad y color lavado tras lavado.